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Tanques de guerra

Durante la Primera Guerra Mundial se desarrollaron los carros de combate modernos como respuesta a la estática guerra de trincheras. Con la inclusión de los tanques en la contienda se buscaba mejorar la movilidad de las tropas en combate. Sin embargo, los primeros carros de combate no eran lo suficientemente rápidos y ligeros, por lo que no fueron cruciales durante la Gran Guerra.

El periodo entreguerras sirvió para mejorar la potencia y movilidad de los tanques. Se diseñaron carros de combate más ligeros y móviles, pero a la vez más resistentes y con gran poder de ataque. Los estudios de Sir Basil Liddell Hart y sobretodo Heinz Guderian (inventor de la guerra relámpago) junto con las nuevas características, convirtieron a los carros de combate en un arma decisiva en el devenir de la Segunda Guerra Mundial. En este artículo repasamos los carros de combate más emblemáticos de la misma.



Panzer IV


El Panzer IV es el tanque alemán más producido de la Segunda Guerra Mundial.
Combatió en todos los frentes de batalla, se caracterizaba por su robustez y fiabilidad, las constantes mejoras realizadas sobre el blindaje y el armamento eran capaces de responder a la aparición de nuevos carros de combate aliados.

Panzer VI Tiger I

Es un carro de combate pesado, su principal característica es su  enorme potencia de fuego.  Permitía a las tropas nazis plantar cara a más de tres vehículos enemigos incluso con un solo Panzer VI. Así su especialidad era el combate pasivo, oculto tras los árboles, ya que no tenía mucha movilidad y era demasiado pesado.



M4 Sherman

Es el principal tanque americano y el segundo más fabricado del bando aliado solo después del T-34 soviético. Es un vehículo de combate fiable, rápido y versátil que se siguió utilizando tras la guerra.




T-34

El T-34 es un vehículo blindado soviético considerado por muchos como el mejor carro de combate medio de la Segunda Guerra Mundial. Se caracterizaba por una serie de conceptos de diseño avanzados para la época, montaba un motor diésel más seguro y con mayor autonomía. Para el blindaje se colocó una armadura de 45mm con una inclinación de 60º que demostró ser más eficaz que las armaduras rectas.
Heinz Guderian reconoció la superioridad de este tanque sobre los panzer alemanes, y como respuesta a este tanque, Hitler mandó construir el Panzer IV Tiger para poder hacer frente al mejor carro de combate de la URSS.